sábado, 29 de noviembre de 2008

UN HILO DE MÚSICA



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Un hilo de música nos extravía en grutas. Animales de sangre caliente resoplan en nuestros oídos.

Nos movemos a tientas, casi asfixiados de pánico; casi paralizados por la inseguridad del próximo paso, por el presentimiento de un abismo y estalactitas de filoso alabastro atravesando el cuerpo.

Chillidos de pájaros ciegos chocan en las abruptas superficies.

El estrépito del río subterráneo hace imaginar la furia de una fiera a la que le han arrancado los ojos.

Queremos la luminaria, la gozosa manifestación de una estrella, el tapiz de soles en la negrura sideral, en la bóveda celeste de la caverna, paladar de la boca de un gigantesco animal que nos devora.

Olvidamos cómo dar el próximo paso, por la acción de un vacío que nos deja mudos

domingo, 2 de noviembre de 2008

DONDE LA MONTAÑA ES CASI AZUL.




Seguimos rutas de súbitos recodos. Canciones nos recuerdan ceremonias ya
olvidadas. Donde la montaña es casi azul, el río semeja el lomo de un
relámpago.

La mantis religiosa yace muerta y las flores de manzanilla son una
constelación en la soledad del arado.
Raíces filiformes son cabezas de mandrágora; cabecitas de hombres
decapitados, con los signos del terror en sus rictus mortis.

Una horda de animales monstruosos nos puede visitar en los instantes más
difíciles del viaje psylosibinico. Allí se descubre que el aquerón es una
interzona de realidad por la que es inevitable pasar, para que el ojo se
rebase a sí mismo; para comprender los grandes esfuerzos del sol, su cópula
con la tierra como un abuelo incestuoso al que le arrojan carretas de trigo
y caderas en sazón.
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Textos emitidos desde Medellín-Colombia/ Autor: JAIRO GUZMÁN

Datos personales

Medellín, Colombia
Soy un animal de la noche que atraviesa el dia como quien se traga una hoguera. guzmanjairo@gmail.com